martes, 2 de diciembre de 2008

JULIETA DE LIONCOURT capítol 15

= = = = = = = = = = = = = =
JULIETA DE LIONCOURT
CAPÍTULO XV

Finalmente decidi salir un momento, o ir a un lugar más tranquilo en el que poder calmarme. Mis amigas, aún la distancia que nos había separado, se quedaron algo sorprendidas, pero aún así no hicieron ningún comentario.
Salí de entre el público, (hacía rato que había empezado el concierto con todo) intentando que no me pisara la gente, y fuí a sentarme en las escaleras del vestíbulo, las que conducían a los palcos del local. Una vez allí, la sensación de que me vigilaban desapareció, pero me entró otra sensación, como de que alguién me vigilaba pero para mi bien. Y sin saber porqué, como guiada por esa sensación, subí al último piso, y a medida que íba subiendo íba notando como me acercaba más y más a la persona de quién me producía esa sensación de benestar.
La gente íba desapareciendo a medida que íba subiendo pisos(el edificio tenia tres o quatro sin contrar platea). Cuando subí al último, ya con la sensación de estar al lado de ese alguién, no me costó encontrarlo pues solo estaba ÉL ahí. Al darme cuenta de que era él de quién provenía esa sensación, me quedé inmóvil, contemplandolo. Era tan hermoso y bello como Lestat. Con el pelo castaño, la piel tan pálida y delicada como Lestat, ojos de color azul que íban cambiando con las luces que provenían del escenario donde Lestat seguía con el concierto...
Como decía, yo me había quedado inmóbil, contemplando ese hombre. Y, sin saber el como, sabía que él se había persuadido de mí estado, que lo sabía todo acerca de mí... Y así me quedé, hasta que él se giró, me observó detenidamente de arriba abajo lo cual me produjo un placer que no había experimentado nunca(ni tan siquiera con Lestat), se me acercó, hizó una reverencia de presentación al estilo antiguo y me besó la mano.
–Encantado de conocerte, Lydia. No sabes cuantas ganas tenía de hablar contigo...
Me quedé tan sorprendida de que supiera mi nombre que no supe reaccionar. Solamente pude decirle hola. Él sonrió.
–No sé como has podido venir, ya que no era mi intención que vinieras. Pero en todo caso me alegro de que hayas venido—aquí sonrió, y aunque no era su intención, fue la sonrisa más seductora que me han dirigido en toda mi vida—Sabes, la verdas es que viendo toda la gente que hay ahí abajo ya empezaba a encontrarme algo solo.
Entonces los dos nos quedamos mirandonos, callados. Finalmente él se sentó en el suelo, siguiendo el concierto. Yo no tardé en hacer lo mismo y sentarme junto a él. Al hacerlo noté que se incomodaba un poco, pero solo un insante nada más. Me pasó el brazo detrás de los hombros y así nos quedamos largo rato. Estando allí, callados sin decir nada, me parecía que yo era una persona realmente importante para ese hombre, y creía que él lo era también para mí. Era feliz. Y lo fuí... hasta que de pronto, algo hizo levantarme de golpe, dejando sorprendido a ese hombre. Había vuelto a tener la sensación de que alguién más me observaba, me vigilaba; otra vez sentí como empezaban a venir los ataques de nervios, y esa vez más fuertes pues también sentía que esa otra persona, o lo que fuera que me vigilaba, lo sabía todo de mí, como el hombre con quién estaba, pero con diferencia de que esa otra persona o lo que fuera quería usarlo para dañarme.
Sin darme cuenta el hombre con quién estaba se levantó, y me abrazó tiernamente haciendo que me calmara un poco.
–Lydia no temas. Yo estoy aquí, no tiene que pasarte nada malo.
Y entonces, sin saber como ni porqué, supe su nombre. Y por su nombre le llamé.
–Pero Louis—en efecto, así se llamaba él—esa persona... me espera, lo puedo sentir.
–Lydia esa persona, sea quién sea, no se atreverá en dañarte si yo estoy aquí. Sabe muy bien que yo no lo permitiría... Y Lestat tampoco.
= = = = = = = = = = = = = =

No hay comentarios: