martes, 24 de febrero de 2009

LA DETENIDA capitol 2

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2a Parte
– Suellen, sabes de siempre el afecto que te tengo, el que he sentido
siempre hacia ti y hacia tu familia, hacia tu padre sobretodo, quién
trabajó en esa comisaría más de 30 años...
– Lo sé Eric, pero por eso mismo... sabes tan bien como yo
como me importan esos temas.
Él suspiró, frustrado, sintiéndose viejo y cansado.
– Cuando tu padre murió... no pensé que ese tema te afectaría
de tal modo, si lo llego a saber, me hubiera callado y me hubiera
estado de contarle a tu madre como lo encontramos.
– No hubiera servido de nada, ya sabes que entonces buscaba
el culpable de la muerte tan sobtada y extraña de mi hermano...
Y hubiera seguido buscando otras formas para saberlo.
– ¿Estás segura de qué quieres quedar a solas con esa... lo
que sea? ¿Sabes que he estado a punto de llamar alguna figurante para
que te interpretara?
– Me proteges demasiado, para algo estudié criminología, y
también antropología, porqué a parte de poder saber los motivos de
muerte de mi hermano, me interesaban, ya sabes que me pasaba horas
en comisaría con mi padre...
El comisario frunció el entrecejo y finalmente, después de discutir
un poco más, ella lo convenció para que la dejara a solas con la
detenida. Al entrar se la encontraron discutiendo con el agente
Clinston, y al parecer riéndose de él... el comisario no dudo en
echarlo de la habitación y finalmente se quedaron las dos solas.
La doctora no dijo nada, esperando a qué fuera la otra quién
empezara a hablar. Sin motivo alguno, esa dio unas grandes
carcajadas dejando a la doctora perpleja aunque siguió manteniendo
la compostura.
– ¿Qué le hace gracia?
La detenida paró de reír para mirarla de arriba abajo. Y la doctora
notó, en ese instante, un leve escalofrío y temblor, como de miedo.
– No tenga miedo — dijo la detenida, Vamp, riendo aún pero
ahora suavemente y volviéndose a sentar — no le haré nada, no es mi
intención convertirla en vampiro.
La doctora se rió ahora.
– ¿Se supone que tengo que estar más tranquila?
Y Vamp le devolvió las risas.
– Eso se está pareciendo demasiado ya al principio de
Entrevista Con El Vampiro, ¿no cree? Porqué sé que no haga falta que
le pregunte si la ha visto, sé que es una de sus películas preferidas.
La doctora se sorprendió, aunque siguió sin dejar que la otra
viera su asombro.
– Bien, se supone que usted lo sabe todo de mí pero yo no sé nada.
¿Por qué no me cuenta su historia?
Hubo un corto espacio de silencio, roto de nuevo por carcajadas de
la detenida.
– Y qué quiere saber. ¿Como me convertí en vampira? ¿Cómo era mi
vida mortal?
– Empiece por donde quiera. Por algo me ha hecho venir, ¿y si no
es para contarme nada de eso para qué?
– Usted es lista. Bueno, mi historia de mortal no tiene mucho que ver...
tenía 20 años cuando me convirtieron en eso... en lo que sea que se
llame. Y eso fue en 1990, 20 años después de haber pasado una vida
bastante plácida y normal entre familiares que trabajaban en la MTV,
en Nueva York. Hacía y tenía la vida normal de una chica de mi edad...
y no hay mucho más que contar. ¿Mi creador? Un vampiro loco, travieso
y rebelde, cualifíquelo como el príncipe rebelde... se creyó lo
suficientemente listo para convertirse en una estrella de rock; ”El
Vampiro Lestat” ese es su nombre. Si no me cree puede buscar cualquier
libro de crónicas vampíricas o el único disco que sacó con un grupo
llamado de ese nombre. Creo que luego de irse él sacaron unos dos o
tres. Incluso mi historia inmortal está en varias páginas de internet
sobre vampiros...
La doctora creyó que le tomaba el pelo y se levantó, lista para
marcharse. Pero antes que pudiera hacer nada, tenía la detenida
sujetándola por los brazos, impidiendo que marchara... intentó
liberarse pero sin remedio, y teniendo en cuenta lo de los diez
policías que habían echo falta para sujetarla, dejó de intentar nada.
– Ya veo la fuerza que tiene. Cualquiera se creería lo que me ha
contado. Pero mi tiempo es oro y no estoy por fanáticos locos que
creen ser lo que no son.
La detenida la soltó.
– Le haría demasiado daño. Me sienta mal porqué creí que podría hablar
con usted pero ya veo que no.. no tengo nada más que decir y no diré
nada más.
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